Es obvio que el liderazgo personal implica cambios.
Podemos excusarnos de desarrollar liderazgo personal señalando hábitos y actitudes arraigados firmemente arraigados desde la primera infancia; en el mundo de la realidad, sin embargo, podemos ver que la gente cambia, a menudo de manera espectacular. Es posible desarrollar el arte del liderazgo personal cambiando hábitos y actitudes. Si sigue un curso que conduce a la mediocridad o emprende un viaje hacia el éxito sobresaliente es una cuestión de su libre elección. Cuando elijas salir de una existencia condicionada y convertirte en todo lo que tu potencial te permite, presta atención a estas tres áreas:
- Antes de que pueda cambiar las viejas actitudes y hábitos que resultaron del condicionamiento temprano, debe reconocer su existencia. El crecimiento personal requiere autoconocimiento. Examine sus valores, sus hábitos y las cosas en las que cree. Echa un vistazo a los deseos que te motivan y el propósito que tienes para tu vida. Sea consciente de las fortalezas que tiene sobre las cuales construir y las áreas en las que se necesita un crecimiento adicional.
- Establecimiento de metas. Cuando sepa quién es usted, reconozca sus fortalezas y debilidades y comprenda lo que es importante para usted en la vida, estará en condiciones de establecer metas desafiantes que organizarán y dirigirán su actividad y harán el mejor uso posible de su potencial.
- Actitudes y hábitos. Las actitudes no son más que hábitos de pensamiento y los hábitos se desarrollan. Así como desarrolló sus hábitos actuales a través de la repetición de acciones o pensamientos, puede cambiar actitudes y hábitos que no le están funcionando bien. Identifique el nuevo hábito o actitud que cree que será importante para su éxito. Planifique acciones específicas que pueda realizar y prográmelas en su actividad diaria. Utilice los recordatorios necesarios para asegurarse de que realiza estas acciones hasta que se vuelvan automáticas por repetición.