Dejar de fumar no es fácil. De hecho, muchos fumadores lo intentan dos o más veces antes de poder dejar de fumar. Dejar de fumar es difícil porque la nicotina es una droga extremadamente adictiva. Pero mientras que dejar de fumar requiere mucho trabajo y mucho esfuerzo, saber que debes hacerlo significa ya que has ganado la mitad de la batalla. Para prepararte para tu día en el que dejes de fumar:
- Establece una fecha específica y márcala en tu calendario.
- Cuéntale a tus amigos y familiares sobre “EL DIA” que vas a dejar de fumar.
- Abastécete de sustitutos orales: chicles sin azúcar o palitos de zanahoria.
- Decide sobre un plan. ¿Usarás terapia de reemplazo de nicotina? ¿Asistirás a una terapia para dejar de fumar?
- Practica diciendo: “No, gracias, no fumo”.
- Establece un sistema de apoyo, como un amigo o un miembro de la familia que haya renunciado con éxito. Pide ayuda a tu médico.
El día que dejes de fumar:
- No fumes. Deshazte de todos los cigarrillos, mecheros, ceniceros y cualquier otro artículo relacionado con fumar.
- Mantente activo: intenta caminar, hacer ejercicio o hacer otras actividades o pasatiempos.
- Bebe mucha agua y zumos.
- Evita situaciones donde la necesidad de fumar sea fuerte.
- Cambia tu rutina habitual. Aprende nuevas habilidades y comportamientos.
- Evita desanimarte si tienes una recaída. La mayoría de las fuentes dicen que las recaídas a menudo ocurren dentro de los primeros tres meses después de dejar de fumar. Los beneficios de dejar de fumar incluyen entre otros que:
- Vivirás más y mejor.
- Disminuirán tus probabilidades de tener un ataque al corazón, un derrame cerebral o cáncer.
- Si estás embarazada, mejorarás tus posibilidades de tener un bebé sano.
- Las personas que viven contigo, especialmente tus hijos, serán más saludables.
- Tendrás dinero extra para gastar en cosas que no sean cigarrillos.