La mayoría de las veces, la ira es improductiva y destructiva. Las personas tienen menos tolerancia a los arrebatos de ira en las relaciones comerciales que a las personales, y aquellos que no pueden controlar su enfado a menudo dañan sus relaciones, su reputación y su potencial de éxito profesional.
Para controlar tu temperamento:
- Examínate. ¿Tienes un patrón de ira largamente establecido en tu vida? ¿Vale la pena la gratificación a corto plazo por el daño a largo plazo que puede causar? Haz una lista de las razones por las cuales necesitas aprender a controlar tu enfado.
- Identifica situaciones problemáticas y desarrolla una estrategia para manejarlas. ¿Qué personas, lugares o situaciones provocan tu enfado? Decide qué puedes hacer en futuros encuentros para aliviar esta tensión.
- Cuando te enfadas, retrasa conscientemente tu reacción. Resiste la tentación de reaccionar antes de analizar la situación. Responde las siguientes preguntas antes de reaccionar: ¿Cuál es la fuente de tu enfado? ¿Proviene de la frustración, el dolor o el miedo? ¿Qué tipo de relación a largo plazo deseas con esta persona, y cómo expresando tu enfado podrías dañarla? ¿Cómo puedes comunicar tus necesidades y lograr tus metas sin utilizar la ira?
- Mantén un diario de ira. Cada vez que tengas un estallido de ira, escribe cuándo ocurrió el incidente, con quién estabas enfadado y por qué. ¿Tu enfado logró algo constructivo? ¿Has llevado a cabo tu estrategia de manejo de la ira? Al registrar estos episodios, puede realizar cambios positivos en tus patrones de comportamiento.