La motivación comienza descubriendo una necesidad tan fuerte que desencadena la acción. El proceso es más efectivo cuando la acción conlleva alguna evidencia de intercambio tangible o intangible. Nunca obtienes algo por nada, ni das a sabiendas algo por nada. Acepta y crea de todo corazón en el principio y cimenta tu motivación en un intercambio justo. Nunca está motivado por una apelación a una necesidad inexistente, y es probable que no estés motivado por una apelación a una necesidad mayor cuando las necesidades más bajas y básicas aún no están satisfechas.
Los intentos de motivarte deben apelar siempre a los deseos que son más fuertes en un momento dado. La motivación por las actitudes y los hábitos implica aceptar la responsabilidad por tus propias acciones. Brinda oportunidades para crecer, para desarrollar la creatividad y para ayudar a otros. Sin lugar a dudas, la motivación por actitudes y hábitos es la fuerza más poderosa y duradera disponible para el desarrollo del liderazgo personal.